Vigas rústicas

Muchos de nosotros sueñan con una casa acogedora, con olor a tarta de manzana, café y flores del campo, rodeada de naturaleza y silencio. El estilo rústico, cuyo elemento característico son precisamente las vigas rústicas, es la realización de estos sueños… Incluso en el centro de una ciudad abarrotada.

Historia

La mayoría de nosotros remonta los orígenes del estilo rústico a las casas de campo, pero la verdad es mucho más compleja. Su historia se remonta a las estepas americanas, donde los ganaderos, apartados de la civilización, decoraban sus fincas con lo que tenían a mano. Así, en contraste con el color del arte popular, el estilo rústico favorece el minimalismo y la utilidad, sin perder nada de la calidez y el confort hogareños. Es modesto y natural. Las vigas rústicas son el material perfecto para rememorar estas bellas tradiciones.

En armonía con la naturaleza

Si optas por un estilo rústico, tendrás que abandonar tus sueños de muebles funky con patas curvas y adornos ricos. En su lugar, debes elegir muebles sencillos y elementos decorativos de madera cruda o tablas viejas con vetas y grietas visibles. Los manteles de lino, los encajes de la abuela, las colchas de cuadros, los accesorios metálicos, las cestas y sillas de mimbre, los jarrones de cerámica llenos de flores de campo y hierbas aromáticas y… las vigas rústicas encajan perfectamente en el estilo campestre. Todo en colores tierra: beige, gris, blanco. Las vigas rústicas también encajan en los diseños minimalistas, a los que aportan un toque de calidez.